¿Has sentido este punto en tu bebé, pero no sabes qué es la mollera? Por su extraña forma, esta parte del cuerpo de los recién nacidos está rodeada de mitos desde hace generaciones. Despeja tus dudas y cuida a tu pequeño adecuadamente.

¿Qué es la mollera?
Así se le llama popularmente a una zona blanda o aparentemente hueca de la coronilla de los recién nacidos. Su nombre real es fontanela mayor o anterior. Se trata de un espacio que queda entre cuatro huesos del cráneo.
Al contrario de lo que pudiera pensarse, es un área cubierta por una fuerte membrana que protege al cerebro y otros tejidos. Por eso, no es posible dañar a los bebés con tan sólo tocarla.
La mollera no es la única irregularidad que podrías percibir en el cráneo de tu bebé. Éste también tiene surcos correspondientes a las uniones entre los huesos y una fontanela pequeña cerca de la nuca.
¿Por qué mi bebé tiene fontanelas?
No sólo necesitas saber qué es la mollera, sino también por qué la tiene tu bebé. Se trata de una característica natural y necesaria de su anatomía. Por su estructura flexible, cumple tres principales funciones:
- • Permite que el cráneo se ajuste al tamaño del canal de parto para facilitar el nacimiento.
- • Hace espacio para que el cerebro crezca.
- • Protege al bebé ante algunos daños por golpes o caídas.
¿Cuándo debe cerrarse?
Regularmente, la mollera de bebé seguirá blandita hasta los 18 meses o 2 años. Aunque no es grave que se retrase ese proceso, en ocasiones podría indicar una carencia de vitamina D.
Por el contrario, si se cerrara antes de tiempo, limitaría el crecimiento del cerebro. Esto podría provocar deformidades en la cabeza del pequeño.
¿Qué precauciones debo tomar?
Aunque parezca frágil, la fontanela requiere los mismos cuidados que el resto del cuerpo. No te alarmes si percibes palpitaciones ligeras en ella, ya que se deben al pulso. También puede cambiar ligera y temporalmente cuando el bebé llora, se sienta o se acuesta.
No obstante, debes consultar al pediatra si tienes más dudas sobre qué es la mollera. Hazlo sobre todo si notas cambios significativos y duraderos en ella, como abultamiento constante o hundimiento acompañado de problemas digestivos.
