Si una mamá no encuentra una postura cómoda para amamantar a su bebé, quizás una almohada de lactancia pueda ayudar. Infórmate sobre sus beneficios y qué características debe tener para no lastimar el cuerpo.

¿Qué es una almohada de lactancia?
La almohada o cojín de lactancia es un tipo de almohada diseñada en forma de media luna. Su función es permitir que la mamá coloque sus brazos en una posición cómoda mientras da pecho. De esta forma, se facilita la circulación y se evitan dolores de espalda o de cuello.
Sus usos son variados y puede adaptarse a las diferentes posiciones que la madre deseé. También existen diferentes tipos de almohada de lactancia.
¿Qué tipos de esta almohada hay
Es posible encontrar varias formas de almohada de lactancia. Las principales son:
De herradura o en forma de U
Se trata de un cojín con una textura intermedia entre suave y rígida. En la abertura, la madre puede colocar su cadera, ya que se ajusta al contorno del abdomen. De esta manera, puede colocar sus brazos manteniendo la espalda recta y relajada.

De churro o en forma de serpiente
Tiene una forma más alargada y una textura mucho más suave. Se encuentra abierta para que la madre coloque todo su cuerpo a modo de una cama. Esto puede facilitar la comodidad al dormir.

¿Qué otros beneficios tiene el uso de una almohada de lactancia
Utilizar una almohada para amamantar o para descansar tiene diferentes beneficios para la madre y el bebé. Usada de manera adecuada, puede ayudar a:
1. Mantener una postura correcta
Agarrar al bebé de manera adecuada después de dar a luz puede ser complicado al principio. Con ayuda de este tipo de cojín, la mamá puede descansar sus brazos para sostener al bebé de mejor manera. Así, el bebé también tendrá un apoyo adecuado y le evitará molestias y lesiones.
2. Dormir de manera relajada
Los cojines en forma de churro sirven para que la mujer embarazada los coloque detrás de la espalda o entre las piernas. De esta manera, puede dormir de lado para evitar las molestias típicas de la gestación. Sin embargo, cada postura debe estar supervisada por un especialista.
3. Apoyar al bebé
Después de que el bebé cumpla tres o cuatro meses, es probable que ya pueda sujetar su propia cabeza. Si esto sucede, el cojín de lactancia puede servir para colocarlo dentro y descansar los brazos por algunos momentos.
4. Disminuir el riesgo de lesiones o heridas
Si la mamá ha tenido una cesárea, el uso de este cojín permite arrimar al bebé hacia el pecho sin tocar la cicatriz. En caso de que ella también tenga lesiones en la espalda, su uso permite una mejor postura e incluso eliminar tensiones cervicales.
5. Facilitar el cuidado después de un parto gemelar
En el caso de dar a luz a gemelos, esta almohada también puede ser de ayuda. Esto se debe a que puede colocarse a los dos bebés sobre el cojín para darles pecho al mismo tiempo.
¿Qué se debe tomar en cuenta antes de usar una?
El uso de esta almohada está dirigido, principalmente, a las mujeres embarazadas y que están lactando. Sin embargo, cualquier persona con un buen estado de salud puede utilizarla también. Aunque no existen inconvenientes con este cojín, se recomienda evitar posturas forzadas, en especial si se trata de un bebé.
Por otra parte, si se utiliza en temporada de calor, puede ocasionar un exceso de sudoración en la mamá y el bebé. Para solucionarlo, pueden buscarse almohadas con materiales transpirables.
De igual manera, los expertos aconsejar no practicar en el cojín posturas que estén restringidas en mujeres embarazadas. Éstas incluyen:
- • Levantar objetos pesados.
- • Doblar la cintura de manera constante.
- • Agacharse.
¿Cómo podría usarse?
Utilizar una almohada de lactancia no es tan difícil. Sólo se trata de encontrar la postura más cómoda para apoyarse sobre ella. Basta con colocarla en las piernas y apoyar la barriga o al bebé. De esta manera, se da un soporte a la pelvis y la columna vertebral.
Ojo:
El uso depende del diseño de la almohada.
Consulta al especialista y sigue las instrucciones del fabricante.
Si ya la tienes, úsala con precaución
La almohada de lactancia es segura si se utiliza adecuadamente. Recuerda preguntar al pediatra cuáles son las posturas que puedes adoptar con ella. Si has tenido algún dolor o lesión últimamente, consulta con él si es conveniente usarla.
