Si en pleno frío tú eres del team “mi bebé tiene muchos mocos y no puede dormir”, esta información es para ti. Aquí te compartimos algunas causas y qué es lo que puedes hacer al respecto en este mes del bebé.
¿Cuáles son las causas de congestión nasal en los bebés?
La mayoría de los bebés y niños pequeños puede sufrir de congestión nasal a causa de enfermedades respiratorias. Esto se debe a que los vasos sanguíneos y tejidos de la nariz se llenan de líquido, dificultando su respiración por la noche. Algunos de los padecimientos son:
- • Rinitis alérgica
- • Infección por gripe
- • Infección por COVID-19
- • Virus sincitial respiratorio
- • Bronquiolitis
Como consecuencia, esto les traerá dificultad para dormir y descansar de manera adecuada. En otros casos, pueden adoptar posturas menos cómodas que pongan en riesgo su respiración; por ejemplo, dormir boca abajo o acercarse a algún objeto cercano que tengan.
Para evitar estas situaciones, se deben limpiar los mocos en bebés de forma constante. También acudir al médico para obtener un tratamiento efectivo para su enfermedad principal.
Mi bebé tiene muchos mocos y no puede dormir: ¿qué hacer?
Uno de los errores más comunes de los padres es poner a dormir a los bebés en una posición elevada. Aunque puede ser una práctica común, los especialistas no la recomiendan del todo bajo ninguna circunstancia.
Las vías respiratorias del bebé son una especie de tubería que debe mantenerse recta para hacer fluir el oxígeno. Si el bebé se encuentra en una posición donde doble el cuerpo o la cabeza, puede cortar la respiración. A continuación te decimos cómo debe dormir un bebé con congestión nasal:
Sobre un moisés o una cuna colecho
Colchón firme o plano
Sin accesorios suaves a la vista
Con capas de ropa cálidas y transpirables
Ponerle calcetines livianos
Si el hogar está frío, encontrar una fuente de calefacción
Evitar dejarlo muy abrigado
Colocarlo en un lugar donde pueda ser supervisado con facilidad
Puede colocarse un mameluco por encima de la ropa
Una vez que el bebé tenga un lugar seguro donde dormir, es recomendable limpiar su nariz para evitar la congestión. La limpieza de esta área tiene como objetivo reducir las molestias mientras el bebé se recupera del virus o resfriado. Para lograrlo, se debe consultar primero al pediatra.
Usar gotas salinas
El método de utilizar agua con sal es efectivo para destapar las fosas nasales. Basta con colocar un par de gotas en cada una de ellas para disolver el moco. Después se extrae el líquido sobrante mediante una pera de succión.
Este método resulta de gran ayuda si el bebé ha perdido el apetito por el molestar. Aplicar las gotas 15 minutos antes del alimento puede mejorar su deglución. En el caso de la siesta, se pueden aplicar las gotas inmediatamente antes de dormir.
Succión por sí sola
La succión por sí misma también puede ser una alternativa para liberar la nariz de los bebés. Esto se puede hacer únicamente con una pera de succión. Si la mucosidad no cede, se puede introducir con gentileza un hisopo de algodón mojado.
Vapor frío
El uso de un humidificador en el ambiente puede ayudar a abrir la respiración del bebé durante la noche. Para que sea efectivo, se coloca cerca de la cuna del pequeño. Si se usa por un tiempo prolongado, se debe cambiar el agua con regularidad para evitar el moho.
Hidratación
Ante cualquier infección por virus, bacterias o un simple resfriado, el bebé debe mantenerse hidratado. Esto ablanda el moco presente en sus vías respiratorias y reduce las complicaciones para su salud.
Ojo:
Disminuir la mucosidad del bebé no es tratar la enfermedad principal que lo causa.
Si el bebé presenta dificultad para respirar, llanto escaso, labios o cara azulada, o tose sin parar, debes acudir de inmediato a los servicios de urgencias.
Un bebé descansado es un bebé feliz
Deja de ser de los que dicen “mi bebé tiene muchos mocos y no puede dormir” o “mi bebé tiene mucho moco y le cuesta respirar”. Al aliviar sus síntomas, no sólo mejorarás la calidad de su sueño, sino también su estado de ánimo y su alimentación. No olvides consultar al pediatra para determinar la causa de su congestión nasal.
