Nunca está de más repetirlo: la leche materna es el mejor alimento para tu bebé debido a su superioridad nutricional. Por eso, si necesitas dejarlo por un rato, usar un extractor de leche puede ser una solución para alimentarlo.

¿Cómo elegir un extractor de leche?
Lo más importante es que elijas el tamaño de copa que mejor se adapte a tu pecho. Toma en cuenta que la extracción no debe causarte dolor y el pezón no debe rozar las paredes del embudo.
De acuerdo con su uso, existen dos tipos de extractores o sacaleches. Cada uno tiene características que pueden ajustarse a tus necesidades.
Extractor de leche manual
Son más baratos, menos aparatosos y ruidosos, y útiles si necesitas usarlos sólo de vez en cuando. Sin embrago, una desventaja es que pueden cansar la mano de la mamá debido a las succiones.
Extractor de leche eléctrico
Es óptimo si debes alejarte de tu bebé por largo tiempo, ya que te permiten obtener más leche. Existen extractores bilaterales que ofrecen mayor rapidez porque succionan ambos pechos a la vez.
¿En qué casos se recomienda la extracción de leche?
Los médicos la sugieren cuando la mamá o el bebé tienen alguna enfermedad o condición que dificulte la lactancia o la cercanía. También la recomiendan si alguno de los dos está hospitalizado o si la mamá tiene que trabajar fuera de casa.
En ocasiones, se aconseja usar extractores para establecer, aumentar o mantener la producción de leche. También es útil cuando el bebé no se prende suficientes veces del pecho o no puede mamar. Incluso, puede recomendarse si el pezón de la mamá está herido.
En cualquier caso, lo mejor es que recibas el consejo de un pediatra antes de usar un extractor de leche. Él te orientará sobre cómo debes usarlo y qué otras alternativas tienes para alimentar a tu bebé.