El aceite de krill se obtiene de un crustáceo que vive en las profundidades del océano Antártico. A pesar de ser más pequeña que un dedo meñique, esta especie posee varias propiedades para la salud. Conócelas a continuación.
Aceite de krill: ¿para qué sirve?
Si no conocías este aceite, te sorprenderá conocer los beneficios que podría aportar a tu organismo:

Como viste, este aceite tiene cuatro componentes, cada uno con diferentes propiedades:
1. Ácidos grasos omega 3 (EPA y DHA)
Contribuyen al mantenimiento de la salud cardiovascular y cerebral. Específicamente, ayudan a mantener niveles normales de presión sanguínea y triglicéridos en sangre, así como a reducir la inflamación. Su carencia puede provocar descamación y sequedad de la piel.
2. Fosfolípidos1
Juegan un papel importante en la coagulación sanguínea, así como en el crecimiento y la generación celular. Además, pueden reducir el nivel de colesterol “malo” en la sangre y disminuir el riesgo cardiovascular.
3. Colina2
Es necesaria para la formación de las membranas celulares, la transmisión de los impulsos nerviosos y el transporte de grasas. Su deficiencia puede ocasionar hígado graso, daño muscular o arterioesclerosis.
4. Astaxantina3
Es la responsable de darle el color rojo oscuro al aceite. Estudios han mostrado que es útil para tratar la fatiga visual. También se ha relacionado con la protección de la piel contra los rayos UV.
¿Tiene lo mismo que el aceite de pescado?
¡Ojo, no los confundas! En el aceite de krill, los ácidos grasos omega 3 forman fosfolípidos. En el aceite de pescado, estos ácidos forman triglicéridos.
Los fosfolípidos permiten que las grasas omega 3 se unan a los tejidos de forma más efectiva que los triglicéridos. Por eso, se piensa que pueden tenerse los mismos beneficios para la salud tomando menos omega 3 del aceite de krill que del aceite de pescado.
Asegúrate de que puedes incluirlo en tu dieta
Hoy en día puedes encontrar suplementos alimenticios de aceite de krill. Consulta al médico para saber si los necesitas y en qué dosis. Recuerda acompañar cualquier suplementación con actividad física y una alimentación balanceada.

1 Moléculas compuestas por dos ácidos grasos, fósforo mineral y glicerol.
2 Nutriente similar a una vitamina. Es uno de los principales componentes de las membranas celulares.
3 Carotenoide que actúa como antioxidante.