¿Has visto a alguien lijar suavemente una madera para quitarle las asperezas de los bordes? Lo mismo pasa con tu piel cuando utilizas un exfoliante facial. Con éste puedes eliminar las impurezas y células muertas de tu piel para limpiarla y permitir que se regenere.
La exfoliación es uno de procesos más populares en la rutina de limpieza de la piel. Implica la remoción de partículas y células muertas en su capa más superficial, llamada epidermis.
¿Qué hacen los agentes exfoliantes o scrubs?
Diariamente exfolias tu piel sin darte cuenta. Cuando usas un cepillo al bañarte o te secas el rostro con una toalla, remueves células muertas de tu piel. Sin embargo, cuando usas un producto específico para exfoliar, de alguna manera “fuerzas” la renovación celular.
Existen exfoliantes físicos y químicos. Los primeros arrastran impurezas en la piel gracias a que contienen partículas granulosas. Los segundos incorporan sustancias ácidas que eliminan su capa superficial sin necesidad de realizar fricción.
Aunque exfoliar la piel no es necesario, puedes tener diversos beneficios al usar el exfoliante de cara adecuado:
- • Retirar impurezas.
- • Contribuye a la absorción y efectividad de otros productos.
- • Favorece la síntesis de colágeno y elastina, los cuales contribuyen a que la piel sea más firme y tersa.
- • Cambia el aspecto de los poros dilatados.
Aplica un exfoliante facial en 5 sencillos pasos
Antes de elegir cualquier exfoliante, consulta a un especialista para conocer la variedad de productos e identificar el más adecuado. Ya que lo elegiste, puedes aplicarlo una o dos veces por semana siguiendo estos pasos:
1. Limpia tu piel
Utiliza un limpiador facial adecuado para tu tipo de piel. Al lavar, presta atención en tus mejillas, frente y mentón, sin olvidar el cuello y el escote.

2. No seques tu cara por completo
Seca ligeramente tu rostro después de limpiarlo. Mantener tu piel húmeda es clave para facilitar la aplicación y el arrastre del scrub.

3. Aplica el exfoliante
Coloca el producto suavemente, haciendo movimientos circulares durante no más de 2 o 3 minutos. Evita presionar o frotar de más tu rostro. Si no puedes extender bien el producto, aplica más agua.

4. Cierra tus poros
Luego de exfoliar, enjuaga tu piel con abundante agua fría hasta retirar el producto. Así ayudarás a los poros a cerrar.

5. Hidrata tu piel
Aplica una crema o suero y continúa con tu rutina de hidratación y/o maquillaje.
Cuida tu piel: ¡No te excedas en el uso del exfoliante de cara!
Al ser un proceso “forzado” para regenerar la epidermis, la exfoliación puede resultar agresiva si no la realizas con suavidad o la realizas en exceso. No empieces tu rutina de limpieza sin consultar con tu dermatólogo qué tipo de exfoliante facial necesitas y con qué frecuencia.