Quizás en algún momento has escuchado que usar ciertos cosméticos puede producir acné. Pues es verdad: algunos productos pueden provocarlo debido a que contienen sustancias que obstruyen los poros de la piel. A éstos se les llama comedogénicos. ¿Sabes por qué se les conoce así y cómo identificarlos?
Empecemos por los comedones
Existen factores que pueden obstruir los poros de la piel, como la producción excesiva de sebo y la contaminación. Cuando esto ocurre, suelen formarse los famosos puntos blancos o negros, llamados comedones.
Los comedones son el inicio de la infección del acné. Si son negros, se manifiestan como protuberancias externas y son notorios. En cambio, si son blancos, se encuentran más profundos en la piel y son difíciles de extraer.

¿Qué son los productos comedogénicos?
Son aquellos cuyos ingredientes pueden obstruir los poros, estimular las glándulas sebáceas y favorecer la formación de comedones. Su uso puede tener consecuencias a nivel estético y dermatológico. Específicamente, pueden causar o empeorar problemas de acné.
Algunos ingredientes utilizados en productos cosméticos se caracterizan por ser comedogénicos. Para reconocerlos, cosmetólogos y dermatólogos usan una escala de comedogenicidad, que determina la capacidad de una sustancia de producir un comedón.
Gracias a esta escala es posible identificar qué ingredientes son aptos según tu tipo de piel:
Nivel 0
Son no-comedogénicos y aptos para todo tipo de piel. Aquí están la cera de abeja, el ácido hialurónico y la manteca de karité, entre otros.
Nivel 1
Son aptos para la piel con acné. Algunos son la caléndula o el aceite de rosa mosqueta.
Nivel 2
Son aptos para pieles con acné moderado y no sensibles: aceite de aguacate, aceite de almendra y vitamina E.
Nivel 3
No son aptos para piel con acné: aceites de maíz, argán y bergamota, y fragancias, entre otros.
Niveles 4 y 5
No son recomendados para pieles con acné o sensibles dada su alta concentración de grasas e irritantes. Ejemplos son el aceite de coco, aceite de palma y manteca de cacao.

¿Cómo elegir el producto adecuado para ti?
El solo hecho de que un cosmético contenga ingredientes comedogénicos no significa que lo sea. Esto se debe a que la comedogenicidad depende también de las proporciones de dichos ingredientes:
- • Si la suma de sus ingredientes comedogénicos no supera el 5% de la concentración total, se considera no-comedogénico.
- • Si la suma supera el 15% de la concentración de ingredientes, puede considerarse como favorecedor del acné.
Generalmente, los productos no-comedogénicos se recomiendan a personas con piel grasa, propensas al acné. Sin embargo, los comedones pueden aparecer también en pieles secas. Por eso, lo más importante es identificar qué productos no propiciarán brotes.1
No es necesario que tengas amplia experiencia en leer las etiquetas para identificar productos que sean o no-comedogénicos. Sólo basta con que elijas aquellos que estén destinados a tu tipo de piel. Actualmente existen productos etiquetados como no-comedogénicos.

La fórmula secreta: conocer tu piel
Es importante que conozcas tu piel para identificar si algún producto nuevo le está generando reacciones perjudiciales y puedas evitarlo. Recuerda que acudir al dermatólogo es importante para cuidar tu piel y elegir mejor los productos, sean o no comedogénicos.
1 Sin embargo, que un producto no propicie brotes ni significa que sea un tratamiento en contra del acné.