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Blog|La Nueva Normalidad y el semáforo de riesgo epidemiológico
La nueva normalidad nos obliga a cuidarnos más y ser mucho más consientes de nuestro entorno y cómo nos relacionamos con las demás personas en nuestra vida diaria.
En nuestro país, la Nueva Normalidad inició el 1° de junio, pero continúan las medidas preventivas para evitar contagios por la Covid-19.
Los centros de trabajo tendrán que implementar medidas sanitarias como capacitar al personal en temas de seguridad en el ambiente laboral, readecuación de espacios y procesos productivos.
La Secretaría de Salud recomienda fomentar la sana distancia que es mantener, al menos, 1.5 metros de separación con otras personas y también, ha dado a conocer un semáforo de riesgo epidemiológico para esta etapa, mismo que tiene cuatro niveles:
Rojo: Riesgo máximo. Sólo se permite reactivarse a las empresas con actividades laborales esenciales.
Naranja: Riesgo alto. Se podrán reactivar actividades no esenciales, pero a un nivel reducido, y algunas en el espacio común o público, pero todavía hay limitaciones. Las personas vulnerables podrán retomar sus actividades laborales, pero con protección y protocolos para ellas.
Amarillo: Riesgo medio. Se podrán retomar las actividades esenciales y no esenciales, pero manteniendo siempre las medidas de prevención.
Verde: Riesgo bajo. Se permitiría el regreso a clases, sin olvidar las medidas de prevención.
El semáforo de riesgo epidemiológico indicará la reapertura de actividades laborales, escolares y de recreación, así como de movilidad en nuestro país.
En este momento, el semáforo se mantiene en color rojo, pero con nuevas actividades esenciales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calificado ya como pandemia al COVID-19. El director general de este organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus declaró lo anterior en rueda de prensa, pero ha señalado que “es una palabra que, si se usa incorrectamente puede causar un miedo irrazonable o una aceptación injustificada de que la lucha ha terminado”, ha advertido. Respecto a esta nueva situación, ha asegurado que “no cambia lo que está haciendo la OMS, y no cambia lo que los países deberían hacer”.
A pesar de ser el primer coronavirus declarado como pandemia, el máximo responsable de la organización ha querido también tranquilizar en este sentido. “Nunca hemos visto una pandemia que pueda controlarse al mismo tiempo.
Llamamos todos los días a los países a tomar medidas urgentes y agresivas. Hemos tocado el timbre de la alarma alto y claro”, ha reseñado Ghebreyesus. Por otro lado, “De los 118,000 casos reportados globalmente en 114 países, más del 90 por ciento de los casos están en solo cuatro países”. No obstante, refleja que tanto Corea del Sur como China presentan “epidemias significativamente decrecientes”.
Asimismo, el director general asegura que todavía es posible frenar la situación: “todos los países aún pueden cambiar el curso de esta pandemia”. De esta manera, ha alentado a no cesar los esfuerzos en aquellos enclaves con peor situación. “Incluso aquellos países con transmisión comunitaria o grandes grupos pueden cambiar el rumbo del COVID-19. Varios países han demostrado que este virus puede ser suprimido y controlado”, ha sentenciado.
Además, Ghebreyesus ha instado a mantener un equilibrio adecuado entre protección de la salud, interrupciones económicas y sociales y los derechos humanos. En este sentido, reveló que la OMS está trabajando con muchos socios en todos los sectores para mitigar estas consecuencias. A este respecto, ha apelado a la responsabilidad común de todos. “Esto no es solo una crisis de salud pública, es una crisis que afectará a todos los sectores, por lo que cada sector y cada persona deben participar en la lucha”.
Según la OMS, una epidemia se define como un brote regional de una enfermedad que se propaga de manera inesperada. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) la define como “un aumento, a menudo repentino, en el número de casos de una enfermedad por encima de lo que normalmente se espera” en dicha zona.
En 2010, la OMS definió una pandemia como “la propagación mundial de una nueva enfermedad”. Los CDC dicen que es “una epidemia que se ha propagado a varios países o continentes, a menudo afectando a una gran cantidad de personas”.
Las palabras epidemia y pandemia simplemente implican diferentes formas de tratar una crisis de salud, dijo la doctora Jennifer Nuzzo, académica en el Centro de Seguridad de Salud de Johns Hopkins
Una epidemia sugiere que el virus puede estar limitado geográficamente y que la intervención por parte de las agencias de salubridad pudiera ayudar a detener la propagación. En el caso de una pandemia, en el que muchos lugares se verían afectados, puede haber consecuencias para cuántas personas o cuánto dinero o suministros hay disponibles, dijo.
Cuando un brote cubre todo el planeta, los organismos internacionales como la OMS y las Naciones Unidas tienen que repartir sus recursos en un territorio mayor que durante una epidemia regional, dijo. Eso hace que una pandemia sea más difícil de manejar.
El enfoque para lidiar con el patógeno también podría ser distinto, dijo la doctora Nuzzo. Si hay casos por todas partes, las autoridades podrían dejar de intentar detener su entrada a un país y en lugar de ello concentrarse en el tratamiento de la enfermedad, en ralentizar la propagación del patógeno y en proteger a la población vulnerable.
Fuentes: www.who.int, www.who.int, www.eluniversal.com.mx, www.dw.com, twitter.com, www.paho.org , unotv.com, eluniversal.com.mx, www.who.int, elpais.com, www.milenio.com, mexico.quadratin.com.mx, www.infobae.com, gacetamedica.com, www.who.int, www.nytimes.com, www.expansion.mx, covid19.cdmx.gob.mx.