Así como las axilas, los pies son una de las áreas del cuerpo que más sudan. Esto es lo que provoca la humedad y el mal olor que los caracteriza en algunos casos. ¿Un desodorante para pies puede ayudar a atenuar el hedor?
¿A qué se debe el mal olor de los pies?
La mayor parte del tiempo, los pies están cubiertos por los zapatos, sin ventilación, con humedad y calor. Estos factores dan lugar a la proliferación de bacterias y otros microorganismos responsables de producir el mal olor.
Lo anterior no sólo es molesto e incómodo, sino que puede afectar la salud de la piel. La sudoración excesiva podría provocar maceración1, lo que la hace más sensible a contraer una infección o desarrollar una dermatitis.
Desodorante para pies: ¿cuáles son sus características?
El desodorante para pies en aerosol contribuye a enmascarar el mal olor de los pies, mas no disminuye la sudoración. Éste incluye fragancias en su formulación. Además, ciertos desodorantes pueden ofrecer propiedades antibacterianas que impiden la propagación de la flora saprófita.2
También es posible encontrar crema desodorante para pies. Normalmente, esta presentación tiene propiedades antimicrobianas, antitranspirantes, emolientes, suavizantes y refrescantes. Asimismo, hay algunas que pueden contener agentes vasodilatadores, los cuales ayudan a estimular la circulación sanguínea.
¿Cuál es la función de un antitranspirante para pies?
A diferencia del desodorante, los antitranspirantes pueden regular la producción de sudor. Suelen contener principios activos astringentes que reducen la transpiración. Los taninos y las sales de aluminio son algunos de ellos.
Con ayuda de un médico, elige el producto adecuado para ti. Toma en cuenta si es seguro para la piel de tus pies. En caso de tener piel sensible, deben evitarse aquellos que incluyan alcohol en su fórmula.
Cuida la salud de tus pies
Aunque el desodorante para pies pueda auxiliar contra el mal olor causado por la sudoración, debe haber otros cuidados:
1. Lavar los pies diariamente
No basta con enjuagarlos con agua, sino que es necesario emplear jabones antisépticos. ¡Ojo! Al terminar de lavarlos, hay que secarlos muy bien, en especial la zona que está entre los dedos. La acumulación de humedad es un riesgo para adquirir infecciones por bacterias u hongos.
Los profesionales de la salud aconsejan aplicar los productos desodorantes o antitranspirantes sobre la piel limpia y seca.
La hidratación también es fundamental. Aplicar una crema humectante puede ayudar a impedir la formación de callosidades, durezas y grietas. Estas últimas pueden ser una puerta de entrada para los microorganismos.
2. Cambiar los calcetines a diario
Las calcetas y las medias guardan humedad y malos olores. Los especialistas recomiendan optar por aquellas que están hechas de fibras naturales y transpirables, como algodón, lana, lino o hilo. De igual manera, sugieren evitar los materiales sintéticos.
3. Dejar “respirar” la piel
Hoy en día, la mayoría de las personas calzan tenis o zapatos cerrados. Sin embargo, es necesario utilizar zapatos abiertos por lo menos dos horas al día para que los pies puedan ventilarse.
4. Elegir el calzado apropiado
Un aspecto a considerar al momento de buscar un par de zapatos es el material del que están hechos. Los transpirables suelen ser los más convenientes.
Los roces continuos ocurren cuando el zapato queda muy apretado o muy grande; esto podría favorecer la aparición de ampollas. Por ello, su tamaño debe ser adecuado para los pies, e igual deben sentirse ligeros y blandos.
5. Alternar los zapatos
Ahora bien, no es recomendable usar el mismo par de zapatos todos los días. Hay que dar oportunidad a que el calzado se ventile.
Sigue las indicaciones de un experto
Un desodorante para pies en spray o en crema puede formar parte de la rutina de cuidado corporal. Pero si tu problema de mal olor y sudoración es más grave, no olvides consultar al médico. Así podrás saber a qué se debe y cómo tratarlo oportunamente.

1 Ablandamiento de la piel.
2 Se llama flora saprófita al conjunto de microorganismos que habitan normalmente en una parte del organismo.